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✅ Las emociones sí causan obesidad y sobrepeso




Algunas personas no ven la relación entre sobrepeso y emociones, solo creen que su estado se debe a que comen mucho pero no imaginan la causa.



Cuando los expertos utilizan el término obesidad o sobrepeso, no se refieren a tener unos pocos kilos de más. Todo el mundo tiene grasa corporal, y unos pocos kilitos de más no suponen ningún riesgo para la salud en la mayoría de gente.



Los problemas de salud que se pueden derivar del hecho de tener sobrepeso van mucho más allá de los que estamos acostumbrados a oír, como la diabetes o los problemas cardíacos.



El sobrepeso también puede afectar a las articulaciones, la respiración, el sueño, el estado de ánimo y los niveles de energía. O sea que el sobrepeso puede repercutir negativamente sobre la calidad de vida global de una persona.



Cuando los expertos utilizan el término obesidad o sobrepeso, no se refieren a tener unos pocos kilos de más. Todo el mundo tiene grasa corporal, y unos pocos kilitos de más no suponen ningún riesgo para la salud en la mayoría de gente.



Los problemas de salud que se pueden derivar del hecho de tener sobrepeso van mucho más allá de los que estamos acostumbrados a oír, como la diabetes o los problemas cardíacos.



El sobrepeso también puede afectar a las articulaciones, la respiración, el sueño, el estado de ánimo y los niveles de energía. O sea que el sobrepeso puede repercutir negativamente sobre la calidad de vida global de una persona.



Los médicos utilizan los términos “con sobrepeso” y “obeso” para describir a las personas que están en situación de riesgo de desarrollar problemas de salud relacionados con el exceso de peso.



Actualmente hay más gente con sobrepeso que en el pasado, lo que ha llevado a algunos expertos a hablar de una “epidemia de obesidad”.



Este problema de salud afecta tanto a los jóvenes como a los adultos —un tercio de los niños de entre 2 y 19 años son obesos o tienen sobrepeso.



Y actualmente hay gente joven que está desarrollando problemas de salud que antes solo afectaban a los adultos, como la hipertensión arterial, el colesterol alto y la diabetes tipo 2.



¿Cuál es el nexo entre el sobrepeso y el malestar psicoemocional?



La obesidad es causa y consecuencia de numerosos problemas psicológicos.



El exceso de peso suele generar trastornos como la depresión o la ansiedad, es un problema que dificulta la forma de vestir, correr cuando vas tarde a algún lugar o sentarte en un asiento.



Altera la autoestima y calidad de vida de las personas obesas, las cuales a menudo son discriminadas.



Muchas personas ceden habitualmente al impulso de comer desaforadamente y de forma compulsiva cuando son sometidas a situaciones de enojo, depresión, ansiedad, estrés o falta de autoestima.



Si se come emocionalmente, se engorda irremediablemente. Para controlar su peso, la persona debe controlar sus sentimientos, en lugar de alimentar el ego con la comida que encuentre a su paso, señalan los expertos.

Explorando las causas



Comer como respuesta a los estímulos emocionales puede aliviar la tensión. Pero esta reacción se vuelve peligrosa para el peso corporal y la salud cuando se convierte en hábito, conlleva a comer en exceso y escapa al control del afectado.



¿Por qué nos llevamos la comida a la boca cuando nuestras emociones se desbocan? Para algunos expertos las raíces están en los hábitos aprendidos en la infancia, cuando se le da de comer al bebé que llora o se regala un caramelo al pequeño que ha sufrido un rasguño para consolarle, relacionando la comida con el alivio del malestar.



Cuando una persona come alimentos cuando está alterada emocionalmente, inconscientemente trata de aumentar sus niveles de serotonina, una sustancia producida por el organismo que regula los estados de ánimo.



Cuando se come demasiado para distraer, disfrazar o eludir los sentimientos se originan sensaciones de culpa, vergüenza y enojo con uno mismo por haber abusado de la comida como recurso.



También surgen el vacío y la frustración, porque las necesidades de afecto, comunicación, autoconfianza, libertad, éxito o de ser correspondido no se ven satisfechos con la comida, con lo que se crea nueva tensión y se tiende a volver a comer.



Descubrir las relaciones entre los alimentos consumidos y el estado de ánimo es el primer paso para refrenar la costumbre de comer cuando se tienen problemas.


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