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VIVIR SIN EXPECTATIVAS


Quizás te has preguntado cómo es posible vivir esperando lo mejor para atraerlo a tu realidad, es decir a tu mundo y a la vez no esperar nada. Es muy sencillo: La clave está en la confianza que depositamos en la vida.


Si confiamos de verdad que lo mejor nos será concedido, no necesitaremos tener expectativas ante cualquier hecho que nos suceda, pues le dejaremos al Universo el espacio suficiente para que desarrolle las cosas según crea más conveniente para nosotros.


Ya hemos expresado nuestros deseos a través de la afirmación en presente, hemos sentido la emoción al cerrar los ojos y visualizar claramente como ya es nuestro, como es una realidad.

Ahora dejaremos al cosmos decidir el CÓMO, se desarrollarán las cosas, los sucesos, la gente que participará para que el deseo se haga realidad.


Tener altas expectativas cada vez que algo sucede es peligroso, pues no siempre podemos controlarlo todo.


A veces lo único que tenemos que hacer es relajarnos y dejar que las cosas sucedan a su ritmo.

La inteligencia intuitiva nos marcará el camino a seguir, según como el Universo lo necesite.

¿Cómo podemos apoyar al universo?


La respuesta es tener fe y confianza, centrándonos en vivir vibrando en amor, pues solo el tiempo nos revelará todos los porqués de las sincronía de cada evento hasta llegar a manifestarse eso que nos de felicidad.


Cuándo tengas que tomar decisiones difíciles no debes estresarte pensando que puedes equivocarte, pues cada decisión te lleva a aprender algo que necesitas saber.


En la vida las cosas nunca salen tal y como esperamos a la primera. La vida es un cambio continuo para el cual no podemos prepararnos.


Por eso necesitamos ser flexibles y espontáneos. Sin embargo la prisa y la impaciencia nos retrasan la llegada de lo bueno.


No debemos correr porque lo que deseamos alcanzar no está en el futuro. Dejémonos llevar en el ahora sin tratar de llegar a ningún otro sitio. La transformación del milagro ocurre en el instante que dejamos de impacientarnos.


Cuando dejé de buscar, el verdadero amor llegó a mi encuentro. Cuando dejé de pedir a mi hija, ya tenía tres meses de embarazo sin saberlo. Cuando aprendí que el poder en mi interior es Dios en acción, deje el control y me rendí a su voluntad.


Es Dios padre/madre quién mueve mi mundo para tener, no lo que quiero, sino lo que necesito, aún sin saberlo.


Entonces acepto la voluntad de Dios, me dejo llevar por las señales del Universo y doy gracias por todo lo que pasa en mi vida.


Me dejo llevar por la corriente del río, solo escucho su suave murmullo, y sé en mi corazón que lo mejor está por llegar.


Con amor, ♡

D o r y s M o n t e r o

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