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¿Qué dice la psicología de aquellas personas que usan perfume todos los días?


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Usar perfume diariamente va más allá del simple gusto por las fragancias: es un gesto cargado de significado psicológico, emocional y social. A continuación exploramos lo que los expertos sugieren sobre lo que revela este hábito, cómo influye en nuestro estado de ánimo y qué “mensaje olfativo” proyectamos ante los demás.





1. Más allá de la estética: un puente emocional



  • El sentido del olfato está íntimamente conectado al sistema límbico, la zona del cerebro que procesa emociones y memoria. Por eso un aroma puede despertarnos recuerdos intensos, transportarnos a momentos cálidos o activar estados de ánimo.

  • Usar un perfume con regularidad puede convertirse en un pequeño ritual de autocuidado: un instante diario para reconectarse con uno mismo y empezar el día con intención.






2. Identidad personal y firma olfativa



  • Muchos estudios sugieren que las personas eligen fragancias que “resuenan” con quién creen que son o con la imagen que desean proyectar. Esa elección funciona como una firma olfativa, algo que puede hacernos reconocibles incluso sin vernos.

  • Emplear siempre el mismo perfume puede reflejar calma, constancia, coherencia interna, o el deseo de proyectar una identidad estable.

  • Según algunos expertos, en ciertos casos puede estar ligado a inseguridades: el perfume actúa como una “capa de protección” frente al temor de ser juzgados por el olor corporal.






3. Confianza, seguridad y bienestar emocional



  • Sentirse bien con el propio aroma puede aumentar la autoestima. Algunos estudios señalan que quienes usan fragancias de su preferencia se sienten más atractivos, cómodos y seguros en sus interacciones sociales.

  • En ambientes profesionales, elegir el perfume correcto —ni muy invasivo, ni ausente— puede reforzar una imagen de pulcritud, autoridad o sofisticación.

  • Las fragancias también tienen efectos psicológicos muy concretos: ciertas notas cítricas pueden estimular energía y vitalidad; las flores y la lavanda tienden hacia la calma; los aromas amaderados proyectan seguridad.






4. Impacto social: lo que los demás perciben



  • Un aroma agradable y bien elegido puede dejar una impresión positiva y memorable en quienes nos rodean. El hecho de que alguien huela “como tú” puede ser parte de lo que otros recuerdan de ti.

  • En entornos cerrados (oficinas, reuniones), el abuso de fragancia puede resultar incómodo para otros, lo que recuerda que la dosis importa.

  • Elegir el mismo perfume en distintos momentos crea consistencia perceptiva: quienes te conocen asocian ese aroma contigo, generando un “vínculo olfativo”.






5. Riesgos y cuidados a tener en cuenta



  • Existe el fenómeno de “fatiga olfativa”: cuando una persona está expuesta continuamente a su propio aroma, deja de percibirlo, aunque los demás sí lo noten.

  • En espacios cerrados o muy pequeños, una fragancia demasiado intensa podría generar rechazo o molestia en otras personas.

  • Es importante elegir perfumes que armonicen con la piel, que no irriten ni contengan típicamente alérgenos para quienes conviven contigo.






6. Mensaje final: un perfume diario cuenta una historia



El perfume que elegimos y usamos cotidianamente dice tanto como nuestra forma de vestir o hablar. Nos conecta con recuerdos, nos distingue ante los demás y también nos acompaña en los momentos cotidianos. Para muchas personas, más que un lujo, es una capa simbólica que fortalece su sentido de identidad y bienestar.

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