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PUEBLOS MÁGICOS MICHOACÁN



Hablar de Michoacán es hablar de grandeza, eso que se percibe en el ambiente apenas se llega a él, tal vez el verde de sus paisajes o el calor que se siente al vivir sus tradiciones, probar sus platillos o simplemente al recorrer los caminos, sí, eso que podemos resumir en tan sólo una palabra: Magia.

Para muchos, uno de los estados con más magia que tiene nuestro país, un lugar que recibe alegremente al visitante, con personas deseosas de dar a conocer las riquezas de esta tierra y compartir un poco de Michoacán con el mundo entero. Ese destino que acepta a todos por igual, esos pueblos que no discriminan y esperan a los viajeros con incomparable gusto. Pueblos mágicos sin lugar a dudas.


Angangueo: Lugar Mágico

Este Pueblo Mágico guarda una de las maravillas naturales de México, patrimonio de la humanidad por la UNESCO, la reserva de la biósfera de la Mariposa Monarca. Incansable lepidóptero que viaja miles de kilómetros para pasar el invierno en los bosques michoacanos, las montañas de Angangueo y sus santuarios Sierra Chincua y El Rosario.

Tonos verdes en el verano y frescos vientos en el invierno, así se vive la naturaleza en este pueblo, con visitantes de tierras lejanas que se maravillan con la mariposa monarca, llevando en el recuerdo una inmejorable postal.

Minero por tradición, Angangueo ofrece al turista visitas a algunos de sus túneles, aquellos utilizados durante la producción minera de la región y que ahora permanecen quietos como un recordatorio de la riqueza alguna vez extraída de la montaña. Una visita al templo de La Inmaculada Concepción o el Museo Casa Parker harán mucho más completa tu recorrido.


Pátzcuaro: La Puerta del Cielo

Pátzcuaro es el corazón de la zona lacustre, uno de los puntos que más identifican al estado de Michoacán ya que fue el principal centro religioso prehispánico, pues decían sus antiguos habitantes que ahí estaba la puerta del cielo por donde descendían y subían los dioses. En el año de 1540, Don Vasco de Quiroga trasladó de Tzintzuntzan a Pátzcuaro el Obispado de Michoacán, otorgándole a la ciudad la categoría de capital de Michoacán.

Pátzcuaro es una verdadera joya de la arquitectura colonial donde se pueden apreciar monumentos religiosos de estilo barroco y neoclásico en excelente estado de conservación. Edificios de adobe y teja le dan un singular aspecto, en armonía con plazas y fuentes. El trato siempre amable de su gente se conjuga en una atmósfera de encanto que invita a volver una y otra vez.


Santa Clara del Cobre: Donde se hace el Arte

No es necesario recorrer largos caminos para encontrarnos con aquel Pueblo Mágico que brilla con la luz del sol y se enrojece al calor del fuego. Heredero de una técnica inconfundible y los relatos de personajes singulares, un destellante pueblo mágico que lleva por nombre Santa Clara del Cobre.

Curiosos viajeros que recorren sus portales y admiran las distintas maneras en que el cobre se convierte en toda una obra de arte, desde diminutos detalles hasta el más grande y brillante artículo. Esos viajeros que se detienen a la puerta de algún taller atraídos por un constante martillar sobre el ardiente metal.

Un pueblo que recuerda las enseñanzas de siglos atrás. Artesanos que con esfuerzo y dedicación hacen magia y así, puedas llevarte ese tesoro michoacano hasta tu hogar. Tacámbaro: Donde se hace al Arte

Existen diversas interpretaciones etimológicas sobre el significado de su nombre. Una de ellas sostiene que significa “lugar de culebras”, otra señala que proviene de “Tacamba”, nombre de un príncipe purépecha, y la más aceptada refiere que el vocablo es de origen purépecha y se integra por las raíces “tacamba”, una variedad de palma y ro, lugar donde: “donde hay palmas”.

A lo largo de su historia Tacámbaro ha sido testigo de importantes sucesos para la vida nacional, como la batalla del 11 de abril de 1865, cuando el General Nicolás de Régules atacó y derrotó a los soldados belgas que apoyaban al Imperio Austriaco.

Entre los productos más sobresalientes de la región se encuentran la caña de azúcar, aguacate hass con calidad de exportación, granos básicos como el trigo, frijol y maíz, cultivos forrajeros, hortalizas y diversos frutales como la zarzamora, ciruelo, zapote blanco, tejocote y granada. En esta región se pueden encontrar especies arborícolas como el pino, oyamel, encino, cedro, madroño y fresno.


En lo que respecta al renglón artesanal, se elaboran huaraches, sillas de montar, fuetes, servilletas bordadas, macetas de barro, artículos de herrería, prendas de vestir de lana y tapices de gran calidad y belleza.


Tlalpujahua: Cuna de grandes personajes

Cuna de grandes personajes de la historia mexicana como lo fueran los hermanos López Rayón es casi obligada una parada en su casa, ahora convertida en museo y que muestra un poco de la heroicidad de esta familia y de todo un pueblo.

Visita el santuario de Nuestra Señora del Carmen y su artesonado espectacular, único en México o quizás el antiguo convento aún habitado por frailes franciscanos.

Tlalpujahua es también espacios llenos de naturaleza y diversión, como el parque nacional Rayón conocido popularmente como Campo del Gallo o incluso conocer la presa Brockman y dejarse asombrar por los paisajes alrededor.

Como en toda la región, en Tlalpujahua aún se recuerda esa tradición que llegara a ubicar a sus minas en las primeras productoras a nivel mundial de algunos metales. Si de minas se trata, no debemos dejar pasar la oportunidad de visitar “Las dos Estrellas”, una mina que comenzó a operar a finales del siglo XVI y alcanzó niveles récord de extracción de oro y plata. Ese lugar que ahora se ha convertido en el primer museo minero de México. Un infaltable dentro del itinerario de cualquier viajero que visite Tlalpujahua. Tzintzuntzan: Lugar de Colibries

Tzintzuntzan fue la capital del territorio purépecha desde el siglo XII, el lugar donde residía el calzontzin (rey) y la corte de una cultura que presume de no haber sido nunca conquistada ni por mexicas ni por otros pueblos prehispánicos.

En el año 1400, Tariácuri, su rey, dividió el imperio entre sus descendientes:

Irepan, Hiquingare y Tanganxoán, entre los que repartió Pátzcuaro, Ihuatzio y Tzintzuntzan. Sólo el último se mantuvo en el poder, convirtiendo su ciudad en el centro ceremonial más importante. A la llegada de los españoles, gobernaba el imperio su hijo, Tanganxoán II, quien fue ajusticiado por Nuño de Guzmán en 1529. Vasco de Quiroga se instaló en Tzintzuntzan en 1533, y aquí estableció la primera cabeza de la Diócesis de Michoacán. En memoria de la ciudad que fue y por ser la primera de Michoacán, se le otorgó el título de Ciudad Primitiva, el 27 de abril de 1861.

Tzintzuntzan sigue manteniendo su lengua, sus costumbres y tradiciones indígenas, desde la danza de los paloteros hasta el ritual de velación en el Panteón el día de Muertos (Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad).

Su comida típica es el churipo de pescado, el atole de grano y productos de maíz


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