Los insólitos nopales morados que colorean la Zona del Silencio
La mayor parte de las personas del mundo pasan la vida entre junglas de asfalto y ciudades ruidosas. Los humanos tenemos sillones y casas, pero no espacios para la reflexión. Quizá por eso, es recomendable ocasionalmente salir de la urbe (un poco más allá de los límites del pavimento que rige nuestra vida) e internarnos en un mundo mucho más salvaje en el que el tiempo tenga el poder de detenerse y hacerse eterno. Lugares sin agua, en los que la existencia se convierta en una filosofía de lo eterno.
Por supuesto, hablamos de los desiertos. Esos entornos hostiles donde la vida se antoja imposible, y sólo sobreviven aquellos seres que conocen los secretos más profundos de la supervivencia. Esos especímenes que saben como vivir sin comida, que miden las horas por el sol, que caminan entre las espinas y pueden acostumbrase al glorioso silencio.
Y quizá por eso es un orgullo decir que el norte de nuestro país están algunos de los páramos más majestuosos del planeta. Un grupo de sitios áridos que desafían lo inimaginable, incluso la propia etimología de la palabra desiento que significa: mar de arena sin vida.
Y es que en México los desiertos son en realidad un conjunto de hábitats amables, que albergan infinitas especies de flora.
En el norte de Durango, en la zona de Mapimí, hay una extensión desértica que es conocida como la “zona del silencio”,esta zona es una reserva ecológica para proteger las especies que son nativas de este lugar, en algunos casos son únicas o en peligro de extensión.
Como si de una planta extraterrestre se tratara, hay una especie de nopal en este lugar que adquiere un llamativo color morado durante la época de sequía. La descripción botánica general de los nopales morados los reconoce como arbustos bajos, sin o con tronco corto, con ramas ascendentes. Artículos verdes, pero en todas las estaciones tinte purpúreo rojizo oscuro, con tendencia a ser orbiculares. Areolas distantes entre sí. Espinas escasas, restringidas a las aréolas superiores y del margen del artículo, castaño rojizas hasta negruscas, rectas o curvas, algo extendidas o dirigidas verticalmente en las areolas del margen superior. Flores de 7 a 9 cm de diámetro, segmentos del perianto cuneados, obovados, ápice redondeado o truncado, margen casi entero. Fruto ovoide, carnoso, de 3 a 6 cm de longitud, color rojizo o purpúreo rojizo, umbilicado, que persiste hasta el fin del otoño. Semillas de color amarillo hasta grisáceo.
Está especie de nopal sólo crece en la misteriosa Zona del Silencio, Durango, el cuál toma su llamativo color morado durante la época de sequía, el nopal tiene unos afilados y largos pinchos, está especie de nopal alcanza una altura entre 60 y 90 centímetros y crece de forma tupida, las palas son más o menos alargadas y toman una coloración entre azul y violeta, sus espinas son largas, de color blanco generalmente, las cuáles surgen de la pala de una en una o dos como mucho, sus flores son amarillas con el centro rojo y es uno de los 300 miembros que componen el género opuntia, el curioso nopal se ha convertido en uno de los atractivos más conocidos de la Zona del Silencio por su belleza y rareza.
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